Nota bibliográfica sobre Juan Martínez
En la década de los cincuenta, Juan Martínez (Tequila, Jal., 1933-Guadalajara, Jal., 18 de enero 2007) publicó poemas en el suplemento de Novedades, "México en la Cultura", así como en el suplemento de Excelsior, "Diorama de la Cultura". En los sesenta, lo hizo en El corno emplumado, revista dirigida por Sergio Mondragón y Margartet Randall. En los ochenta, la revista Hojas, de la Universidad Autónoma de Baja California, dirigida entonces por Alfonso René Gutiérrez, con la colaboración de su fundador, Víctor Soto Ferrel, editó poemas y dibujos de Juan Martínez. En los noventa, Luis Cortés Bargalló incluyó poemas de Juan Martínez en la antología Piedra de serpiente, literatura de Baja California (Conaculta, 1993); en 1997, la revista Memoranda, dirigida por Sergio Mondragón, dedicó un número a la obra literaria y pictórica de Juan Martínez en el que se reprodujeron dibujos, una serie de retratos —de los poquísimos que existen— hechos por el fotógrafo Walter Reuter, ensayos sobre su poesía y trabajo visual, así como una serie de poemas, inéditos hasta entonces, que el poeta realizó como paráfrasis y comentario al libro Tras el rayo, de Alberto Blanco. A principios del siglo XXI, la revista Alforja, dirigida por José Vicente Anaya y José Ángel Leyva, ha publicado poemas suyos en varias ocasiones.
En 1959 apareció su primer libro, En las palabras del viento, publicado en Los Cuadernos del Unicornio, editorial dirigida por Juan José Arreola en la ciudad de México, con textos dedicados a Alí Chumacero y a José Luis Martínez. En la ciudad de Tijuana (donde radicó alrededor de veinte años), mientras dedicaba gran parte de su tiempo a la pintura, Juan Martínez conservó en su memoria —por más de quince años— los cerca de 500 versos de largo aliento que componían Ángel de fuego, cuyo original se había extraviado en una editorial de la ciudad de México (con una ilustración de Leonora Carrington que le serviría de portada). A mediados de los setenta, el poeta dictó el poema a una amiga suya que se encargó de pasarlo a máquina. La transcripción presentaba muchos problemas ortográficos, de puntuación y en el corte de los versos, sin embargo, en parte con la ayuda del autor, pudo establecerse un original casi íntegro para realizar una edición en las páginas de la revista El zaguán. Como la revista había llegado a su término, algunos de sus editores, Alberto Blanco, Pablo Arrangoiz, Tomás Calvillo, Luis Cortés Bargalló, Alfonso René Gutiérrez y Víctor Soto Ferrel tomaron la iniciativa de publicar la obra con el apoyo de la imprenta familiar de Manuel Ulacia. Ángel de fuego apareció así en 1978, bajo el pie de imprenta de Editorial El albatros, la editorial que fundara a fines de los sesenta el propio Juan Martínez en Tijuana y cuya única obra publicada fue la traducción que Octavio G. Barreda hiciera del Anabasis de Saint-John Perse. La edición de Ángel de fuego incluía una pequeña lámina en color que reproduce un óleo de gran formato realizado por Juan Martínez en los sesenta y que fue posible rescatar gracias a una fotografía conservada por Alfonso René Gutiérrez.
Juan Martínez regresa a la ciudad de México hacia mediados de los ochenta. Sus amigos allí le propusieron la publicación de un libro que reuniera su obra poética. Gracias a la buena disposición que mostraron Javier Sicilia y Christopher Domínguez, editores de la UAM, así como del entonces director del departamento editorial de esa institución, Evodio Escalante, se publicó en 1986, En el valle sagrado. Los poemas fueron reunidos por Alberto Blanco, Tomás Calvillo, Luis Cortés Bargalló y Sergio Mondragón, con el apoyo de Alfonso René Gutiérrez, Víctor Soto Ferrel y Manuel Calvillo quienes localizaron y aportaron materiales inéditos. En el valle sagrado se integró con textos aparecidos en publicaciones periódicas, como las ya mencionadas, los libros publicados, originales provenientes del archivo de El corno emplumado y manuscritos integrados a dibujos o al calce de ellos. La estructura del libro fue propuesta por los compiladores con la aprobación del autor quien dispuso la última sección del libro que, conforme a sus indicaciones, dio título a la obra.
Juan Martínez preparó una gran cantidad de carpetas con series completas de dibujos (muchas de ellas ilocalizables) que, según su autor, tienen el arreglo de "libros". Éstas han permanecido inéditas hasta la fecha.
* Versión anterior aparecida en revista Memoranda, núm. 47, ,Ciudad de México, marzo-abril de 1997 y versión actualizada en diario El Mexicano. suplemento Identidad, Tijuana, 4 de Febrero del 2007.
En 1959 apareció su primer libro, En las palabras del viento, publicado en Los Cuadernos del Unicornio, editorial dirigida por Juan José Arreola en la ciudad de México, con textos dedicados a Alí Chumacero y a José Luis Martínez. En la ciudad de Tijuana (donde radicó alrededor de veinte años), mientras dedicaba gran parte de su tiempo a la pintura, Juan Martínez conservó en su memoria —por más de quince años— los cerca de 500 versos de largo aliento que componían Ángel de fuego, cuyo original se había extraviado en una editorial de la ciudad de México (con una ilustración de Leonora Carrington que le serviría de portada). A mediados de los setenta, el poeta dictó el poema a una amiga suya que se encargó de pasarlo a máquina. La transcripción presentaba muchos problemas ortográficos, de puntuación y en el corte de los versos, sin embargo, en parte con la ayuda del autor, pudo establecerse un original casi íntegro para realizar una edición en las páginas de la revista El zaguán. Como la revista había llegado a su término, algunos de sus editores, Alberto Blanco, Pablo Arrangoiz, Tomás Calvillo, Luis Cortés Bargalló, Alfonso René Gutiérrez y Víctor Soto Ferrel tomaron la iniciativa de publicar la obra con el apoyo de la imprenta familiar de Manuel Ulacia. Ángel de fuego apareció así en 1978, bajo el pie de imprenta de Editorial El albatros, la editorial que fundara a fines de los sesenta el propio Juan Martínez en Tijuana y cuya única obra publicada fue la traducción que Octavio G. Barreda hiciera del Anabasis de Saint-John Perse. La edición de Ángel de fuego incluía una pequeña lámina en color que reproduce un óleo de gran formato realizado por Juan Martínez en los sesenta y que fue posible rescatar gracias a una fotografía conservada por Alfonso René Gutiérrez.
Juan Martínez regresa a la ciudad de México hacia mediados de los ochenta. Sus amigos allí le propusieron la publicación de un libro que reuniera su obra poética. Gracias a la buena disposición que mostraron Javier Sicilia y Christopher Domínguez, editores de la UAM, así como del entonces director del departamento editorial de esa institución, Evodio Escalante, se publicó en 1986, En el valle sagrado. Los poemas fueron reunidos por Alberto Blanco, Tomás Calvillo, Luis Cortés Bargalló y Sergio Mondragón, con el apoyo de Alfonso René Gutiérrez, Víctor Soto Ferrel y Manuel Calvillo quienes localizaron y aportaron materiales inéditos. En el valle sagrado se integró con textos aparecidos en publicaciones periódicas, como las ya mencionadas, los libros publicados, originales provenientes del archivo de El corno emplumado y manuscritos integrados a dibujos o al calce de ellos. La estructura del libro fue propuesta por los compiladores con la aprobación del autor quien dispuso la última sección del libro que, conforme a sus indicaciones, dio título a la obra.
Juan Martínez preparó una gran cantidad de carpetas con series completas de dibujos (muchas de ellas ilocalizables) que, según su autor, tienen el arreglo de "libros". Éstas han permanecido inéditas hasta la fecha.
* Versión anterior aparecida en revista Memoranda, núm. 47, ,Ciudad de México, marzo-abril de 1997 y versión actualizada en diario El Mexicano. suplemento Identidad, Tijuana, 4 de Febrero del 2007.
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